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  • Foto del escritorArancha HM

REPORTAJE| Formar y expulsar el talento español

Actualizado: 26 may 2021

Escucha aquí la introducción al reportaje https://go.ivoox.com/rf/70573777


Coger dos maletas, un pasaporte y un avión con destino a un país que te podrá brindar una nueva oportunidad. Por necesidad, por el hecho de vivir la experiencia o por probar suerte son algunos de los motivos que te llevan a mudarte lejos de tu familia y amigos, fuera de tu zona de confort. No es una decisión fácil, pero sabes que si algo sale mal, siempre puedes volver a casa.


Cada día son más los jóvenes que tras finalizar sus estudios, se plantean la posibilidad de buscar oportunidades laborales en el extranjero, ya que su país de origen no se las ofrecen. Este fenómeno es comúnmente conocido como “fuga de cerebros”. Otros términos que designan a esta movilidad de profesionales con formación universitaria son “fuga de talentos” o “migración altamente cualificada”.


La migración de jóvenes a otros países tras terminar sus estudios de grado se debe, principalmente, a la falta de oportunidades en su país de residencia, así como unas malas condiciones laborales que imposibilitan su crecimiento profesional y económico, además de los contratos como becarios o sueldos ínfimamente bajos.


Este fenómeno tuvo un crecimiento exponencial en España en el año 2008, debido a la crisis económica que por aquel entonces sufría el país y sus ciudadanos. En ese año y en los contiguos, España solo ofrecía trabajos precarios y largas colas de paro, lo que conllevó que entre octubre de 2007 y octubre de 2010 se marcharan 205.526 personas a buscar trabajo fuera del país, según los datos que ofrece un informe elaborado por la Oficina de Censo Electoral.


Pero en el año 2017 las cifras de españoles residentes en el extranjero aun eran muy significativas, ya que este año fueron 76.200 las personas que dejaron España, llegando al 2018, una vez trascurridos 10 años desde la crisis, con un total de casi dos millones y medio de españoles fuera de las fronteras.


Después de 13 años, la situación no ha mejorado para los jóvenes recién graduados, ya que a día de hoy, las personas que están saliendo por primera vez al mercado laboral se están juntando con aquellas que vivieron la crisis del año 2008, pero sus condiciones en España no han mejorado, por lo que hay de nuevo un estancamiento en paro juvenil y graduado. Según los datos del año 2019, España e Italia encabezaban la fuga de cerebros dentro de la Unión Europea.


España tiene un dato que llama la atención, y es que casi la mitad de los trabajadores cualificados acaban emigrando para encontrar empleo, lo que conlleva a que países del norte de Europa capten ese talento, dejando a España con un empobrecimiento de capital humano y laboral y por ende, un envejecimiento de la población. Además, los españoles que se van a buscar una oportunidad laboral fuera, tienen una mayor nivel de estudios que los que se quedan.


Los datos recogidos de personas con nacionalidad española que residen en el extranjero con fecha de 1 de enero de 2021 son 2.654.723, según el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE). Con la llegada de la pandemia, el paro se ha acentuado, lo que no ofrece muchas posibilidades para las personas que tienen que buscar empleo, lo cual lleva a que el 82% de los jóvenes esté dispuesto a marcharse de España para buscar empleo, 9 puntos más respecto al año anterior, esta situación puede conllevar a una nueva fuga de cerebros masiva.


En busca de mejores condiciones laborales


Este es el principal motivo por el que emigran las personas recién salidas al mercado de trabajo. Todos coinciden en una característica común, la calidad de la educación superior en España es excelente, pero una vez finalizados los estudios, se valora muy poco, dentro del país, a estos licenciados, sin embargo, cuando cruzan la frontera, se quedan anonadados con la estimación que se tiene de los títulos universitarios expedidos por las universidades españolas.


Aroa Couto Jiménez, graduada en enfermería y con un master en cuidados, procedimientos y aplicaciones clínicas, salió de España en plena pandemia con dirección Noruega gracias a un contrato que consiguió mediante una agencia de reclutamiento de enfermeras. Con dos maletas y un noruego básico actualmente, lleva un año trabajando en este país nórdico, con un salario que triplica el salario medio en España, con muchos menos pacientes por enfermera, y con unas condiciones idílicas.


“No me arrepiento de haber venido aquí, lo volvería a hacer, porque me he dado cuenta que en España me daban garantías para trabajar 3 meses, yo he venido aquí con un contrato fijo hasta donde yo lo quiera seguir, con una remuneración espectacular, viviendo en un hotel que me pagan por trabajar aquí, y con unas condiciones fantásticas, valoran tu trabajo, pero valoran mucho más el que seas enfermera y española. Desde que vine, aún no he vuelto a España y no está en mis planes, porque con 23 años soy totalmente independiente económicamente.”


Aroa Couto, hace hincapié en el valor del trabajo en equipo de auxiliares, enfermeras y médicos, con una toma de decisiones en común y en especial, el tiempo y el ratio de pacientes, “me puedo sentar a hablar con mis pacientes y hacerles un seguimiento mucho más individualizado y cercano, en España es impensable.”


Carlos Patiño García es otro de los jóvenes que salió del país en busca de un contrato de trabajo que le permitiera emanciparse. Se graduó en educación primaria con mención en inglés, ha realizado un master en lengua española y actualmente estudia filología hispánica a distancia. Estuvo trabajando en Inglaterra unos meses, volvió a España pero tras ver que los salarios no iban acorde al precio de los alquileres y la vida en las ciudades, decidió volver a mudarse a Reino Unido. Consiguió un contrato de trabajo en la otra punta del mundo y estuvo dos años en China dando clases de español y actualmente lleva 10 meses más dando clase en Brasil.


“Las horas de trabajo que forman una jornada laboral como profesor en China o en Brasil no sobrepasan las 20 horas semanales, pero el sueldo es muy alto. Además, valoran mucho tu trabajo e incluso más por el hecho de ser extranjero, España es todo lo contrario.”


El mayor choque cultural que encontró Carlos al empezar a trabajar en China, “es cierto que respetan muchísimo a los profesores, pero también te tratan como su mascota por el hecho de ser europeo, pero por lo general fue una experiencia fantástica.”


Desde China contactamos con Guinea Ecuatorial. David Santos Martínez es licenciado en arquitectura técnica y lleva 4 años trabajando como jefe de obra y aparejador en este país. La frustración de no poder conseguir un puesto de trabajo en España le hace probar suerte a 4532 kilómetros de casa y sin referencias.


“En mi caso ha supuesto pasar de no tener nada a obtener todo lo que esperaba conseguir gracias a mi trabajo, como estabilidad laboral, social o económica. Básicamente, el comienzo de mi propia vida. No me ha costado adaptarme ya que nunca he pensado que fuera algo temporal, sino que puede ser que este sea tu lugar, sin tener la necesidad de pensar en volver a trabajar en tu país de origen.” David Martínez dejó España por obligación y con la sensación de que el esfuerzo invertido a lo largo de su carrera no se veía reflejado en los resultados.


La crisis de 2008 tuvo un gran impacto en el sector de la construcción y esa huella todavía perdura. Lo que conlleva a que los sueldos no se ajusten a lo que correspondería. “En el extranjero no pasa esto, los sueldos altos en otros países son una herramienta para que los que han llegado no se quieran ir.”


Alba Díaz Carpena trabaja como editora web en Marketing en Alemania. Durante su último curso de Publicidad y Relaciones Públicas estuvo de Erasmus en Alemania, lo que le permitió encontrar empleo antes de terminar la carrera y decidir quedarse. “No es que en ese momento buscase trabajo, pero sabía que en España solo encontraría prácticas muy mal pagadas e incluso sin salario, esto fue determinante para quedarme en Alemania.”


Actualmente, lleva 5 años en este país, cambió de trabajo y le ofrecieron un contrato fijo y con muy buenas condiciones. “Como trabajadora me siento muy protegida ya que, por ejemplo, no pueden despedirte de un día para otro, como si sucede en España, si no que necesitan darte un preaviso de 3 meses.”


Con un salario adecuado a las condiciones de vida en Alemania, Alba no se plantea volver a España hasta que no consiga un contrato que le permita una buena calidad de vida.


España sigue registrando índices altísimos de paro juvenil, nuestros entrevistados coinciden en que el problema se encuentra en que las empresas no entienden como una inversión el contratar a gente sin ninguna o con poca experiencia. Lo ven como un gasto, más que como una inversión. Además de que uno de los fallos también reside en el sistema educativo, ya que no se enseña de una manera útil a los jóvenes.


Para evitar la fuga de cerebros, primero deberíamos centrarnos en ofrecer una educación que forme a los jóvenes completamente, para que de esta manera, tengan mucho más fácil el acceso a un puesto de trabajo. La generación mejor preparada de la historia y la que peores condiciones tiene. Escuchar a los jóvenes que llevan siendo ninguneados durante años, brindarles la oportunidad y confiar en su formación y desempeño.









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