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La despoblación es un fatal fenómeno que se lleva dando desde hace muchos años entre las zonas rurales del país, entre las provincias más afectadas se encuentra Cuenca, Soria y Teruel, siendo las únicas de la Unión Europea con parámetros tan graves en despoblación. En la provincia de Cuenca, desde 2011, hay 20.420 personas menos. Esto ha hecho que la provincia se encuentre más envejecida, se de un descenso de la natalidad y haya un mayor centralismo laboral.
Asimismo, por primera vez en la historia hay menos de 55.000 habitantes, lo que significa, que en estos momentos, de los 238 pueblos conquenses 175 tienen menos de 500 habitantes, es decir, un 75,2% del total. Otro dato que llama la atención es que según las cifras del INE, los nacimientos han disminuido un 12 por ciento y la mortalidad, desde el año 2000, ha aumentado un 9%. Según la Unión Europea, España junto con Bélgica y Países Bajos son los países con mayor despoblación rural de Europa.
En España el 51,4% de la población vive en ciudades, siendo más fácil el riesgo de exclusión social y caída en la pobreza en las zonas rurales. Asimismo, en España, más del 50% de la población que vive en las áreas no urbanas está en riesgo de pobreza y exclusión. De los que viven en pueblos y suburbios, más del 40% estarían en esta misma situación y de los que lo hacen en las ciudades, el 31%. En consecuencia, estos datos explican que en las zonas rurales hay unas tasas menores de desempleo, pero tasas mayores de abandono escolar.
Entre las causas de este fenómeno se encuentra, la emigración de los jóvenes a las grandes ciudades, para buscar trabajo o cursar alli sus estudios. También influye la disminución de la actividad agrícola, ganadera y agroalimentarias. Según Ignacio Villar, responsable de CEOE Cepyme Cuenca, “la causa de esta situación es una política regional continuada que se arrastra desde los últimos 30 o 40 años que se basaba en potenciar a los núcleos más grandes olvidándose de los pequeños”.
Aunque se están llevando a cabo medidas para frenar la despoblación, en muchas zonas de la provincia sus efectos son ya irreversibles, dejando pueblos abandonados. Algunos de ellos serían: Carrascosilla, pertenece a la comarca de la Alcarria y se encuentra situado a 10km de Huete; Hortizuela, perteneciente a Villar de Olalla y de la comarca de la Serranía Media; Valtablado de Beteta, el cual perteneció a Beteta y está situado en la Serranía Alta, entre otros. En algunos pueblos conquenses se ha conseguido un aumento de la población, es el caso de Olmeda de la Cuesta, que en 7 años han conseguido un mayor turismo y la construcción de varias viviendas, esto ha sido posible gracias a la subasta de 14 solares a precios muy bajos.
Antes de la puesta en marcha del proyecto eran 15 vecinos en la localidad y ahora han creado una asociación de vecinos con 200 personas. Además van a inaugurar unos merenderos en un mirador a la serranía, para fomentar aún más en turismo en la localidad.
Otro ejemplo de crecimiento se ha visto en Chumillas, en 2008 había 21 habitantes y la edad media de la población era de 75 años. Tras la reapertura del colegio y la construcción de seis viviendas sociales, las cuales se han alquilado por 85€, esto ha conseguido que el pueblo conste de 50 personas, entre ellas 15 niños y que la edad media sea de 40 años.
Además de las medidas citadas anteriormente, las energías renovables han tenido una gran labor en este proceso, ya que los gastos de la construcción de las viviendas y las ayudas para los nuevos vecinos, se cubren con los ingresos del parque eólico que tienen al lado. En 2018 se ha dado la mayor convocatoria de ayudas que haya sacado el gobierno de Castilla-La Mancha, con más de 130 millones de euros para luchar contra la despoblación. Ha indicado, en este sentido, que el turismo es una de las grandes ramas a financiar, por el peso que tiene en la economía provincial.
Además, lleva en marcha desde 2014, una política de Desarrollo Rural de la UE, cuyo fin es ayudar a las zonas rurales para afrontar desafíos económicos, medioambientales y sociales.
Esta política de desarrollo rural complementa los pagos directos a los agricultores descritos en Politica Agraria Común (PAC) de la Unión Europea. Según la Eurostat, hay tres objetivos estratégicos para desarrollar a largo plazo: mejorar la competitividad de la agricultura, salvaguardar la gestión sostenible de los recursos naturales y asegurar que el desarrollo en zonas rurales sea equilibrado.