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El Ayuntamiento de Cuenca ha marcado la hoja de ruta para poder comenzar con los trabajos para la mejora de la accesibilidad del Casco Antiguo, con un presupuesto inicial de 6 millones de euros, otorgados por la Junta de Comunidades y el Consistorio Local.
Cuenca, la ciudad amurallada, diseñada con pensamiento militar e inaccesible se convierte en un problema para el día a día de los vecinos del Casco Antiguo. Su ubicación es tan rica como delicada, lo que trae consigo diversas dificultades. La población de esta parte de la ciudad se ha visto disminuida a la mitad en 10 años.
En el año 2008 la parte antigua tenía 6.000 habitantes pero en el año 2018 contaba únicamente con 3.000. Esta disminución de la población es debida a varios factores a tener en cuenta. La lista de inconvenientes para vivir en estos barrios es bastante amplia. Actualmente la mayor parte de la población está envejecida, a ello se le añade una reducción del horario del servicio de autobús urbano, la limitación de las plazas de aparcamiento y la disminución de servicios, como las propias tiendas a la cobertura o el gas en algunas viviendas.
Pero el problema que está en el punto de mira actualmente es la accesibilidad a esta zona de la urbe. Desde el año 1940 se lleva planteando proyectos de remontes mecánicos, ninguno de ellos se han visto reflejados en la ciudad. “Desde entonces se han presentado 15 proyectos, en los que se trataban tramos de escaleras mecánicas o ascensores, pero el problema con lo que estos proyectos contaban era el no incluir a la sociedad conquense en ellos”, sentencia Carmen Mota Utanda, arquitecta y profesora de la Universidad de Castilla-La Mancha. Asimismo, Mota explica que desde que se hizo la primera propuesta de proyecto no se ha avanzado por excusas como la falta de fondos o la condición de Cuenca de ´Ciudad Patrimonio de la Humanidad`.
En los planes propuestos actualmente se ha contado con la opinión de los vecinos, de los hosteleros, de las asociaciones de discapacitados y con los grupos políticos. En el año 2017 los arquitectos adscritos al proyecto “Cuenca In” habían trabajado para buscar ubicaciones a las propuestas de 4 ascensores que conectaran el inicio del Casco Antiguo con el centro de este. Este proyecto se encargó desde la Junta de Comunidades.
Estos ascensores ubicaban en cuatro puntos distintos de la Hoz del Huécar. Pudiendo construirse uno desde la plaza de enfrente del Auditorio hasta el mismo centro, llegando en paralelo a las Casas Colgadas, picando el interior de la piedra, otros de los ascensores tendrían que ubicarse dentro de un torreón. Estos ascensores tienen un inconveniente, ya que modificarían, en cierta medida, la estética de la ciudad.
El alcalde de la ciudad, Darío Dolz, junto al concejal de Turismo, Patrimonio Histórico, Cultura y Educación del Ayuntamiento de Cuenca, Miguel Ángel Valero han presentado un proyecto adicional basándose en escaleras mecánicas. Estas escaleras estarían dividas en cinco tramos cubiertos, iniciándose enfrente del Auditorio, justamente en el Colegio de Arquitectos y llegando hasta la Plaza de Cecilio de Albendea, ubicada justo detrás de las Casas Colgadas. Además Dolz añade que esas escaleras tendrían lectura para las sillas de ruedas, lo que facilitaría el acceso al Casco Histórico a la ciudad a personas con discapacidad. Según ha explicado el primer edil, este proyecto ha sido revisado por la UNESCO y se adapta al artículo 172, con el fin de que la ciudad no pierda la titularidad de Patrimonio de la Humanidad que Cuenca ostenta desde el año 1996. “Con el consejo de UNESCO buscamos saber cuál es la mejor propuesta para la ciudad o si puede ser la combinación de remontes mecánicos con ascensores.” Detalla Dolz.
Asimismo hace hincapié en la mejora del transporte urbano, reforzando las líneas e incluso implantando a su flota, autobuses eléctricos. En el mes de septiembre el Ayuntamiento de Cuenca firmó con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha un preacuerdo en el cuál la Junta aporta 5 millones de euros, suponiendo el 80% del coste de la obra para la mejora de la accesibilidad, sin concretar la metodología de la utilización de ascensores o remontes mecánicos.
El Ayuntamiento se ha comprometido a aportar mediante el Consorcio de Cuenca el 20% restante que sería un total de un millón de euros. Además se añadirá 250.000€ en la próxima junta del año que viene. Con lo que el Ayuntamiento de Cuenca parte 6 millones de euros para abordar el proyecto, faltando únicamente la respuesta de aprobación de la UNESCO, para así poder iniciar la propuesta de accesibilidad. Según el alcalde, estas mejoras en los cascos históricos ya se han realizado en 15 ciudades españolas y que mantienen el real patronato de calidad.
Los vecinos del Casco Antiguo se involucran en las mejoras de la zona
Tras muchas negociaciones entre los grupos políticos y con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Los conquenses por fin han puesto su voz en el plan que el Ayuntamiento ha propuesto para mejorar la accesibilidad, con un único interés, encontrar una mejora de este zona de la urbe.
Uno de los principales motores económicos de Cuenca es el turismo, su rica cultura del Casco Antiguo, sus murallas y sus calles estrechas con pendientes de infarto hacen de esta ciudad manchega el destino de muchos visitantes. Cada año la capital de provincia recibe cerca de las 127.000 visitas anuales, según datos del año 2017. Con un 79% de turistas nacionales y un 21% internacionales. Pero en el pasado 2018 el turismo a esta urbe se incrementó en un 6,7% en el periodo de enero a noviembre, respecto al año anterior, llegando a 293.722 visitantes.
A pesar del crecimiento del turismo en la zona, los vecinos de dicha localización cada vez son menos y los que hay son de avanzada edad, además de encontrarse con diversos obstáculos para llevar una vida normal en esta parte de la ciudad. Se han hecho varios intentos de mejorar la calidad de vida de los habitantes del Casco Antiguo de la ciudad. Con la propuesta de los ascensores y escaleras mecánicas hay opiniones de todo tipo, peor por lo general hay un apoyo unánime a esta media. Según los distintos colectivos de dicha localización como la Asociación de Vecinos, los AMPAS del colegio del Carmen y los hosteleros entre otros, todos coinciden que mientras que esta medida no altere el orden de la ciudad y de los edificios, es bien recibida.
El ayuntamiento ya indicó que debían ser muy cuidadosos al introducir elementos modernos entre los monumentos para no salir perjudicados, y los vecinos, coinciden con el consistorio. Además de la implantación de elementos contemporáneos el edil está trabajando para mejorar las rampas, la anchura de las aceras, creando zonas de descanso y mejorando la calidad de la calzada. Manteniendo el itinerario original y las escaleras.
Por otro lado el Grupo Popular alega que debe hacerse una propuesta que beneficie también a los vecinos, porque según indica su portavoz, José Ángel Gómez, así sólo se beneficia al turista, dejando de lado al ciudadano. Muchos de los conquenses discrepan con esta declaración ya que según nos cuentan algunos de ellos, estas medidas favorecen a los propios residentes de la parte antigua de la ciudad, pero también al resto de la ciudad. Ya que facilita el acceso y podrían dejar el coche en casa para subir. Los vecinos creen que esto puede ayudar a que el comercio de la zona se reactive y haya más tiendas aparte de las de suvenires. “Incrementar la actividad de esta zona es un beneficio para todos, tanto para los comercios, que cada vez ofrecen menos servicio por su falta de clientela. Además los bares también se verán beneficiados.” indica una de las vecinas del Casco Antiguo. En definitiva, el proyecto será una de las mejoras más importantes a las que hará frente