La situación a nivel local: El Comedor Social Cristo del Amparo
A nivel local, las donaciones por parte de empresas se han hecho notar. Al Comedor Social Cristo del Amparo de Cuenca, le donaron 1,5 toneladas de alimentos de primera necesidad el pasado mes de octubre. Esta donación vino de la mano de Mercadona. El director de Relaciones Externas de la cadena de supermercados en la provincia de Cuenca y de Madrid, Iván Díaz, para un medio de la región cuenta que la decisión de donar es un “firme compromiso de estar al lado de los colectivos más desfavorecidos”. Este comedor social se centra en los niños de la zona del barrio más desfavorecidos. Ellos les dan los desayunos y los almuerzos, pero no pueden abrir el comedor físicamente como antes lo hacían, ya que hay niños de distintos colegios y no pueden juntarlos por medidas sanitarias. Este comedor social se sustenta de los fondos que recibe del Banco de Alimentos de Cuenca, de lo que les donan las Hermandades de Semana Santa, del dinero que consiguen con la venta de productos propios, como mermeladas o elementos artesanales, de las ayudas que reciben del Ayuntamiento de Cuenca o de entidades privadas como empresas y bancos. Además de las donaciones que realizan los ciudadanos y los voluntarios.
Fernando Díaz Miranzos, coordinador de la Parroquia Cristo del Amparo y del Comedor Social, explica el procedimiento actual, “una vez a la semana les llevamos los desayunos a domicilio, pero lo que si hacemos todos los días es entregarles un bocadillo para el almuerzo.” Las peticiones de ayuda en este Comedor Social también se han incrementado exponencialmente, “antes de que empezase la pandemia atendíamos a muy poquitos niños y niñas, íbamos a casa de unos 8 o 9 y venían al comedor 5 o 6 niños, actualmente atendemos a 40 niños y niñas. Hay que tener en cuenta que este barrio es periférico y muy envejecido, muchas familias que no pueden pagar el alquiler o la hipoteca se han ido a casa de sus padres, con 400€ y la pensión de los abuelos muchas familias van tirando, pero necesitan más ayudas”.
Tras preguntarle a Díaz si para prestarle ayuda a estos niños las familias necesitan que los Servicios Sociales las acrediten, él contesta que no, “conocemos perfectamente a todos los niños y sus familias, son niños de este barrio. Aquí no viene nadie por gusto, es muy duro para las familias el hecho de venir a nosotros a pedir ayuda, como para decirles que sin la acreditación de los Servicios Sociales no les podemos atender. Sí que aconsejamos a las familias que las soliciten porque para otros servicios ajenos a nosotros si les puede hacer falta.”
“Todo lo hacemos por la caridad y por ver como esos niños que conocemos desde pequeños, tienen unos recursos. Somos un pequeño apoyo para que las familias salgan adelante, pequeño, pero considero que necesario.” Con esta declaración Fernando Díaz finaliza la entrevista, un emotivo comentario, pero cargado de verdad y solidaridad.
La situación a nivel local: Cruz Roja
Cruz Roja cuenta con varias sedes distribuidas a lo largo de la geografía de la provincia, con un total de 9 sedes en la región conquense. Esta asociación gestiona todo tipo de ayudas a lo largo del año, entre ellas encontramos, ayudas para alimentos no perecederos, para la compra de alimentos perecederos, para compra de productos de higiene, de limpieza, pagos de alquiler, ayudas para gafas, para vestuario, para material escolar, juguetes; centrándose, principalmente, en las necesidades básicas de las familias necesitadas.
Las personas que solicitan la ayuda de esta entidad, necesitan previamente haber presentado la documentación requerida por la Seguridad Social y estar dentro de un determinado perfil y un determinado baremo económico. Al igual que en los casos anteriores, Cruz Roja también ha visto incrementadas las peticiones de ayuda desde el inicio de la pandemia. Desde Cruz Roja Madrid afirman que las peticiones se han multiplicado por cinco.
Volviendo al caso local, las ayudas que más han crecido son las relativas con la alimentación y el alquiler, por lo que en consecuencia, no han bajado las reservas que tenían, sino que han tenido que destinar mucho más presupuesto a estos aspectos, “son ayudas que nunca antes se habían solicitado y mucho menos con este volumen, vino todo de golpe, entonces tuvimos que emplear más recursos a la gestión de ayudas.” afirma una de los técnicos de esta entidad. En Cruz Roja de Motilla del Palancar, en los meses de marzo, abril y mayo hubo un crecimiento de solicitudes hasta llegar al 75%. Actualmente este porcentaje no continua, ya que durante los meses de verano hubo una cierta recuperación.
En esta sede han encontrado muchas diferencias durante esta segunda ola con respecto a la primera, “en los primeros meses de pandemia la gente se vio en ERTEs, gente que ha trabajado toda su vida vieron que en esta situación no tenían ingresos y tenían que pagar muchos gastos. Había un enorme desconcierto entre todos y sí que es cierto que hubo una avalancha importante de solicitudes. Esta segunda ola no ha sido como la primera, no es el mismo boom, la gente sabe que esto no es para siempre, que de momento es algo temporal, entonces no ha habido el desbordamiento que hemos tenido en la primera ola. Eso sí, siguen apareciendo solicitudes nuevas, de gente que nunca había pasado por aquí, pero no es como antes, que vino todo a la vez y se nos desbordó por todos sitios.” Alega Ana, técnico de Cruz Roja en Motilla del Palancar.
Esta entidad benéfica gestiona las ayudas por dos vías, por un lado, reciben subvenciones públicas y por otra parte, funcionan con los fondos propios de Cruz Roja. También se valen de las donaciones que reciben de particulares y de empresas.
A pesar de que globalmente se está pasando por una crisis sanitaria y derivando en una crisis económica, con efecto ya a la vista, la solidaridad no se ha perdido en ningún momento. Es ahora, cuando tenemos la oportunidad de compartir y aportar nuestro granito de arena, que aunque sea pequeño, siempre es bien recibido y puede ayudar mucho.
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